Vaya partidazo nos espera. Por los dos equipazos que saltarán al Camp Nou y, sobre todo, por la dificultad del envite. La primera de las cuatro finales que restan para lograr el sueño de la Champions se juega en Barcelona.
El feudo blaugrana es, sin discusión, el más aciago para los realistas. Se dice pronto, pero ya llevamos más de tres décadas sin ni siquiera puntuar en el ahora denominado Spotify Camp Nou. La gran temporada txuri urdin, el objetivo ambicioso que tienen los de Imanol y el contexto del choque pueden hacer que, por fin, cambie esa horrible racha. Los de Xavi llegan a la cita ya como campeones de LaLiga. Aunque pueda pensarse que tal circunstancia relajará a los blaugranas, estos tienen suficientes argumentos como para doblegar a cualquier rival, más allá de tener ya ‘todo hecho’. Lo hemos visto a menudo.
La Real tiene el sueño al alcance de la mano. Se lo merece después de la brillante temporada que está realizando, pero aún no hay nada decidido. Habrá que pelear hasta el último minuto de la última jornada (estamos acostumbrados) para lograr el billete hacia las estrellas de la Champions. Eso sí, no olvidemos que el pasaporte europeo ya lo tenemos. Por cuarto año consecutivo y antes que nunca. Aurrera, Reala!