A medida que se acerca el día D, la afición txuri urdin se lo empieza a creer. El dolor de Roma ya se ha transformado en orgullo y, a 48 horas de la gran noche, estamos dispuestos a “dejarnos la vida para darle la vuelta”, como dijo Imanol. Porque estos futbolistas nos han regalado tantas alegrías que se han ganado el derecho a que soñemos con la remontada.