Su obra maestra

Su primera temporada completa, la 2019-20, fue la que acabó siendo su obra maestra. A pesar de ser una temporada interrumpida por la COVID-19, fue el curso que cambió la inercia del Club y el que abrió el camino de éxito que siguió en los años posteriores. 

El equipo cogió, prácticamente desde el inicio, una velocidad de crucero que mantuvo tanto en LaLiga como en la Copa del Rey. Fue en la competición del K.O. donde los de Imanol bordaron una trayectoria intachable. Las habituales primeras rondas ante equipos de inferior categoría (Becerril y Ceuta) se saldaron con triunfos cómodos, al igual que los encuentros posteriores ante Espanyol y Osasuna en el Reale Arena.


Y llegó el día en el que la Real creyó que podía ganar la competición. Se plantó en el Bernabéu sin complejos y con un brillante planteamiento y una exhibición ofensiva, sobre todo con un desatado Isak, puso el templo merengue patas arriba para pasar a las semifinales, donde doblegó a un voluntarioso Mirandés.


El mundo se paró y hubo que esperar un año entero para jugar una final histórica que agrandó nuestras vitrinas. Siempre nos quedará la espina de haberlo logrado sin poder celebrarlo con la afición, pero más pronto que tarde volveremos a tener una oportunidad igual.

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